Un muchacho en iglesia

“¡Charlen, charlen… hermanos, … charlen, charlen!” Mi ventana enmarca bosque y brezo. Apenas escucho el melodioso balbuceo, sin saber ni preocuparme demasiado si el texto es alabanza o exhortación, oración, agradecimiento o condena. Afuera sopla húmedo y más húmedo, los árboles lanzándose nunca se quedan quietos. Cambio mis codos para captar mejor el redondo yVer más ⟶