La hierba es una planta afortunada en un planeta de asfalto, pero me gustan las cosas creciendo en desiertos. Ellas me complacen, desertan de nosotros. Algunos piensan que sus porches merecen un cactus. Les complace. Caminando de la grava al césped, afortunado crecimiento sobre quién sabe qué tumbas, tan oscuras como ventanas de vidrio estigiasVer más ⟶
Categoría: Relatos
Conciente de la mente, el significado de maullidos
Bajo un porche un gato en decadencia cuelga balanceado por cadenas oxidadas, lamiéndose a sí mismo. Sobre su cabeza, una pequeña piel, mayormente los restos de un rostro. De la oreja al ojo, todos pueden ver qué hay adentro. Sarna expuesta en el cráneo, venas, músculos descoloridos. Moscas aterrizan e intentan chupar la almizclada superficieVer más ⟶
Ceros y efes
“La lengua se mueve [en oración] pero no habla”.~ Agnes Gonxha Bojaxhiu (Madre Teresa) Nacido para hablar, ensayé palabras pero cálculos matemáticos: tecleando en calculadoras fabricadas: desentrañando la mecánica universal, me tuvieron con notas bajas, ceros y efes rojas: lamentos de errores de cálculo, y padres lamentaron mi cerebro, ellos le rezaron a Dios paraVer más ⟶
Una mañana con Dusty
Dusty necesitaba un trabajo, debía tenerlo, porque ningún hombre cuerdo prepara café a las 4 am para conductores dementes que retuercen ruedas y pisan pedales. Dusty tenía un cigarrillo detrás de cada oreja, apestaba a botella de cerveza de domingo por la tarde, junto a la carretera, llevaba barba de chivo y dientes de vómitoVer más ⟶
Pedazos de Reese
1 Una vez que una parte del comercio de color coordinado, camisetas de algodón punteadas en nombre etiquetado por abejas obreras, que mejor sonreirían convincentemente. Un tipo que siempre se metía la camisa adentro, era el único que sonreía como si fuera a propósito, era Reese, un tendero pelirrojo y veterano de 10 años queVer más ⟶
Jugadores de segunda en el banquillo
Demasiado frío en las mejillas para sentarse en las gradas, entonces el banquillo de beisbol era nuestra cabina de confesionario –resolvíamos cosas, pero no había nada que confesar-, solo huesos aburridos, pero los acoplamientos eran difíciles de obtener –pero las cosechas eran tan finas como un intestino delgado- ella se deslizó cerca de mi abrigoVer más ⟶
En la olla
Tres carriles, por supuesto he desenrollado un rollo entero de papel higiénico. Tomó gemidos, gruñidos, un apretón -¡listo!, pero bajo mi asiento escuché un fuerte “¡Hijo de puta!” Miré el desagote desnudo que seguía girando- entonces mi lavabo blanco, después de que el insulto atrapara mi oído, no por temor o inquietud de ser llamadoVer más ⟶
La laguna del somormujo
Alas de mosquitos zumbadoras tan familiares como la luz de la luna, las canciones de verano son estáticas fangosas, semanas en un pestañeo, un espectáculo fenomenal, un sapo croando fuerte desde la ventana con lavadora de abdominales. Palabras sabias están afuera en el solsticio de verano, silenciosas como un nido de avispas gaseado. Un hombreVer más ⟶
Escena de ducha
A veces el papel no es lugar para poesía, sus márgenes, sus motivos, esquemas, revisión, ediciones, a veces tú solo lo haces de un disparo, no erras, así escucha el agua, el dibujo trota en suave superficie: pigmento bronceado, el espejo tiene vapor, un amante está empapado punto por punto, espuma y burbujas devoran curvas,Ver más ⟶
Peregrinaje
No sé quien soy, pero sé que no soy el mirlo de alas rojas escalando la alta hierba cerca del camino o la babosa adherida a la maleza de un ladrillo. Ni soy la rata dependiente del cuidado de un prisionero. Rápido y duro me descubro, una puerta de jardín balanceándose abierta inesperadamente, ningún vientoVer más ⟶
El problema con Marvin
Marvin llamaba a la hora y la temperatura varias veces durante la semana. El sentía que necesitaba oír otra voz humana y también a menudo sentía que la grabación era una persona real hablándole sólo a él. Entonces una hermosa mañana de jueves él discó el número y la voz dijo “Marvin, sal afuera. EsVer más ⟶
Retorcijones de hambre
He terminado con la segunda caja de matzá y todavía tenemos unos doscientos kilómetros por delante. Un pedazo de matzá cada treinta kilómetros. Me mantiene despierto y me gusta el modo en que cruje, cambia la textura, deja una leve película en mi boca. Siempre me tomó una pausa de varios kilómetros entre cada pedazo.Ver más ⟶