Esas largas líneas desparejas parándose tan pacientemente como si fueran extendidas afuera del Oval o Villa Park, las coronas de sombreros, el sol en arcaicos rostros con bigotes, sonriendo como si fueran todos una diversión de feriado bancario de agosto, y las tiendas cerradas, los nombres descoloridos en las persianas, los cuartos de penique yVer más ⟶
Categoría: Relatos
Nombre de doncella
El casamiento dejó tu nombre de doncella en desuso. Sus cinco sonidos ligeros ya no significan tu rostro, tu voz, y todas tus variantes de elegancia, porque desde que estabas tan agradecidamente confundida por la ley con algún otro, no puedes ser semánticamente la misma que esa joven belleza: era por ella que se usabanVer más ⟶
Como el latido del tren
Como el latido del tren el ágil lenguaje revolotea los labios de la azafata polaca en el asiento de la esquina, el sol oscilante y menguante ilumina sus pestañas, forma su esbelta vivacidad de huesos. Pelo, salvaje y controlado, corre hacia atrás: y gestos como esos robles ingleses titilan por las ventanas de su hablaVer más ⟶
Oda a la biblioteca
Cada año nuevos ojos encuentran viejos libros aquí, y nuevos libros, también, renuevan viejos ojos; así juventud y vejez, como tinta y página, en esta reunión doméstica imprimen nueva moneda.
Recuerdo, recuerdo
Subiendo por Inglaterra por una línea diferente una vez, temprano en este frío año nuevo, nos detuvimos, y, observando hombres con placas de matrícula correr por la plataforma a puertas familiares, ‘¡Vaya, Coventry!’ exclamé. ‘Yo nací aquí’.Me incliné hacia afuera y entrecerré los ojos en busca de alguna señal de que éste era todavía elVer más ⟶
El oyó que su amada se ha comprometido
A C.G.B.Cuando ella entraba no podías conservar tu asiento, peleando para abrirte camino a través de la orquesta, paleto torpe, has confundido tus pies, caíste en el tambor –¡cómo nos fuimos, ja ja ja! Pero una vez que ganaste su lado y comenzaste a bailar el vals todos comenzamos a alentar, el modo en queVer más ⟶
Primera vista
Corderos que aprenden a caminar en la nieve cuando sus balidos nublan el aire, encuentran una vastedad indeseable, no conocen nada salvo un resplandor sin sol. Tambaleándose nuevamente de un lado a otro, todo lo que encuentran, fuera del redil, es una miserable extensión de frío. Mientras esperan junto a las ovejas, su lana empapadaVer más ⟶
Dublinesco
Por calles de estuco, donde la luz es peltre, y la niebla de la tarde trae luces en los negocios sobre rosarios y guías de carreras, pasa un funeral. El coche fúnebre está adelante, pero luego sigue una tropa de caminantes de calles en amplios y floridos sombreros, mangas abullonados y vestidos hasta los tobillos.Ver más ⟶
Césped cortado
El césped cortado yace frágil: breve es el aliento, los tallos segados exhalan. Larga, larga la muerte, muere en las horas blancas de junio de hojas jóvenes, con flores de castaño, con setos esparcidos como nieve, lilas blancas inclinadas, caminos perdidos de encaje de la reina Ana, y esa nube construida en lo alto moviéndoseVer más ⟶
Ir a la iglesia
Una vez que me aseguro que no no pasa nada ingreso, dejando que la puerta golpee al cerrarse. Otra iglesia: alfombras, asientos y piedra, y pequeños libros, extensiones de flores, cortadas para el domingo, marrones ahora, algunos metales y otras cosas en el extremo sagrado, el pequeño y limpio órgano, y un tenso, mohoso eVer más ⟶
En césped
El ojo difícilmente pueda recogerlos desde la fría sombra en la que se refugian, hasta que el viento molesta a la cola y la melena, luego uno cosecha césped, y se mueve alrededor, el otro parece que mira atento, y se levanta anónimo de nuevo; todavía hace quince años, quizá dos docenas de distancias eranVer más ⟶
Tan malo como una milla
Viendo como el centro retraído golpea la canasta, deslizándose por el piso, muestra cada vez menos suerte, y cada vez más de fracaso en extender la espalda estirando su brazo hacia arriba cada vez más temprano, la mano no levantada en calma, la manzana sin morder en la palma.
