Autobiografía en una terminal aérea

Demora, bueno, los viajeros deben esperar, demora. ¿Por cuánto tiempo? Nadie parece saberlo. Con todo el equipaje pesado, los billetes chequedos, no puede ser mucho… Deambulamos de un lado a otro, nos sentamos en sillas de acero, compramos cigarrillos, dulces y té, desplegamos los diarios. Deberíamos sonreír, ¿quizás hacer amigos? No: en la carrera porVer más ⟶

Ambulancias

Cerradas como confesionarios, recorren los ruidosos mediodías de ciudades, sin darle la espalda a ninguna de las miradas que absorben. Ligero gris brillante, brazos sobre una placa,  se detienen a descansar en cualquier acera: todas las calles son visitadas a tiempo.Luego niños esparcidos en escaleras o la carretera, o mujeres viniendo de tiendas, pasados oloresVer más ⟶

Guerra química

Es el discreto eremita pesadamente armado conducido por la codicia tomando a inocentes mientras duermen. El fascista en el campo de juego intimidando la cabeza, conmoviendo la facultad de autodestrucción a la mera mención de su nombre. La mala semilla germinando ociosamente en terreno rico, esperando pacientemente que se reduzcan las defensas para anclar suVer más ⟶

Rastros dispersos

Me sumerjo al pensamiento interior como si estuviera en la silla del dentista y escucho los rumores circulando alrededor de mi cabeza, cada ocupante manipulando, fragmentando rastros de verdad de la decepción a la desviación, causando una desconexión de la realidad. Los interrogo uno por uno comenzando con la duda, me pregunto qué problema tengo,Ver más ⟶