Autor: Agencia Maldita Realidad
En una resolución que busca que el precario cese al fuego en Gaza se transforme en un plan de paz real, el organismo internacional vilipendiado y humillado por el emperador del mundo, se arrastra a sus pies mediante una de las Resoluciones más estrafalarias de su historia, que pone a Donald Trump, y la otra pata de la inmobiliaria, Benjamin Netanyahu, en control de Gaza, con Tony Blair como su principal subordinado y “Protector” de su “Junta de Paz”, que prevé la conformación de una “fuerza de paz” internacional (esto es, mercenarios de ejércitos privados del emperador), un comité de tecnócratas palestinos y una fuerza policial local, todos designados por Blair y otros empleados de la inmobiliaria.
Nadie sabe aún quién integrará la Junta de Paz, sólo que será, como declaró Trump en su Truth Social, “presidida por mí, e incluirá a los más poderosos y respetados líderes del mundo”. La Junta reportará al Consejo de Seguridad pero no estará subordinada a la ONU, ni sujeta a sus resoluciones. Supervisará una fuerza de estabilización internacional, cuyos miembros están por verse, y Estados Unidos espera desplegar en enero.
Los países con los que habló el emperador –Egipto, Indonesia, Turquía y Emiratos Arabes Unidos- por ahora son tentativos. La resolución dice que esta fuerza “asegurará el proceso de desmilitarización de Gaza», sugiriendo que les van a quitar las armas a Hamas, que rechazó de cuajo la Resolución inmediatamente después de difundida la noticia por los grandes medios internacionales. En verdad hay poco apetito entre los potenciales candidatos a conformar la fuerza, y pocos se animen a una confrontación directa con combatientes avezados que aparentemente Israel salvó del genocidio. En efecto, la fuerza internacional se haría cargo de territorio actualmente controlado por Israel, que continúa con sus matanzas y asesinatos cotidianos, con sus bombardeos al Líbano y Siria y con el genocidio de los palestinos en Cisjordania. ¿A quién quieren engrupir con el cuento de que aún hay combatientes de Hamas vivos? De hecho, la ultraderecha israelí en el gobierno sancionó la pena de muerte para los palestinos, para legalizar su genocidio. Y los portavoces del ejército ya anunciaron que no piensan ceder sus puestos ni siquiera a los soldados que mande Trump.
No hay mayor claridad sobre el comité palestino de tecnócratas que se encargará del funcionamiento diario de la Franja de Gaza, bajo la dirección de Trump y sus “compañeros líderes”. Será difícil, por lo menos, encontrar tecnócratas dispuestos a trabajar para Trump que tengan alguna influencia sobre los 2.2 millones de palestinos que sobreviven en Gaza. Lo mismo ocurre con la fuerza policial putativa.
A pesar del miasma de vaguedad que expele la Resolución 2803 del Consejo de Seguridad de la ONU, se apostó por todos estos cuerpos aspiracionales para endulzar al emperador del mundo y que se ilusione como un niño en su plena chochez. El hecho de que la resolución se aprobara por 13 votos a favor y 0 en contra, con la abstención de Rusia y China, es prueba de su calculada ambigüedad, así como del agotamiento y la desesperación mundiales respecto a Gaza tras dos años de bombardeos israelíes, que han dejado más de 70 000 muertos, alrededor del 70% de los edificios del territorio costero reducidos a escombros y la conclusión de una comisión de la ONU de que Israel ha cometido genocidio.
Luego de la votación, Mike Waltz, enviado yanqui, la describió como una resolución transformadora, que le imprime “un nuevo curso a Medio Oriente, para los israelíes, los palestinos y toda la región”.
La Resolución es una traición asquerosa más de los países islámicos cooptados por Trump. Es la legalización del genocidio y la consagración de la impunidad de Trump como uno de sus principales perpetradores. Es tan inconcebible e inaceptable como el premio nobel de la paz a la Cochina Machado, es una calculada claudicación de burócratas sumisos a la estupidez y el bandolerismo estadounidense. Su espeluznante cinismo llega a descalabrar: “Si la Autoridad Palestina se reforma satisfactoriamente a juicio de la Junta de Paz y se avanza en la ‘reconstrucción de Palestina’ (que vendría a ser el resort del yerno del emperador), entonces capaz haya condiciones para la creación de un estado de Palestina capaz de autodeterminarse”.
Como se ha mencionado, el gobierno israelí ya reaccionó con furia ante la Resolución, con más masacres y amenazas de descabezar a Hamas, cuando ya no quedan más que escombros para que puedan comenzar sus tareas los obreros-esclavos de la inmobiliaria. La verdad que intentar buscarle una explicación retorcida al bochorno de esta ceremonia de entrega de Gaza a la inmobiliaria genocida (que no le gustó al gobierno de Israel y tampoco a Hamas, entonces debe ser justa, razonan los imbéciles occidentales que se arrodillan ante el emperador) es tarea de absurdos analistas que gastan palabras en ñoñeces.