Más alto que el más apuesto hotel, el peine luminoso se ve a kilómetros de distancia, pero mira, a su alrededor, calles estrechas y sinuosas suben y bajan como un gran suspiro desde el último siglo. Los porteros están desaliñados, lo que se detiene en la entrada no son taxis, y en el vestíbulo, ademásVer más ⟶
