Autor: Tyler Malone

Bebe la sangre de nuestro hermano como ron mientras el vaso de verde licor filtra la luz de la habitación. Reza para que algo crezca pero mortifícate de que florezca como serpientes de cascabel alrededor de cuerdas de lazo.

Lleva cruces sobre los capiteles color lápida y espera que las raíces no provengan del pasado, lanza maldiciones hacia hijas o lanza piedras arrojando hijos, moretones entrometidos en tonos negros profundos.

Las banderas no mantienen caliente a cualquiera, pero quemarlas sí lo hace. Haz la comunión con kerosene, manos en alto, lenguas afuera, alimentando con vinagre a niños que aúllan colgados en un árbol sanguíneo, rogando a las almas de abajo que detengan las llamas.

Pero no podemos decir la diferencia entre la fruta florecida y doscientos años de cuellos rotos.

Sabemos cómo se ven. Sabemos cómo suenan.

Las campanas de la iglesia trabajan al unísono, diciendo la verdadera tragedia viviente…

Cualquiera habla por los muertos.

traducción: HM

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