Trump y su bárbara campaña antinarco en el Caribe

Autor: Alvaro Correa

El presidente del mundo Donald Trump acusó hoy al presidente colombiano Gustavo Petro de ser un traficante de drogas ilegales, y amenazó cortar el financiamiento a su país mientras Pete Hegseth, su secretario de estado entrenador de mercenarios yihadistas confirmó que bombardearon una lancha de narcos perteneciente a las FARC. En X Hegseth dijo: “Matamos a tres terroristas en una operación conducida en aguas internacionales”, la misma frase que empleó –sólo cambiada por el número de muertos- ante las sucesivas lanchas de pescadores que vienen aniquilando en ejecuciones sumarias, mintiendo asquerosamente de que eran piloteadas por narcoterroristas.

“Estos carteles son el Al Qaeda del hemisferio occidental. El ejército de los Estados Unidos tratará a estas organización como los terroristas que son -serán cazados y asesinados” añadió Hegseth, paradójicamente uno de los socios fundadores de Al Qaeda.

Por su parte, en un posteo en su red Truth Social un rato antes, Trump acusó al líder sudamericano de alentar la producción en masa de drogas ilegales, diciendo “el no hace nada para detenerlos, a pesar de los pagos y subsidios enormes que recibe de nosotros para hacerlo. Petro, un líder muy impopular y de baja monta, con su boca sucia hacia América, será mejor que cierre sus campos de exterminio inmediatamente o Estados Unidos lo hará por él, y no lo hará amablemente”.

Las declaraciones de Trump se produjeron luego de que Petro dijera que Estados Unidos está cometiendo crímenes, y que mató a un pescador en aguas territoriales de Colombia. Usando la red de Musk, Petro se despachó: “Los oficiales del gobierno de Estados Unidos han cometido un crimen y violaron nuestra soberanía en aguas territoriales, esperamos explicaciones de su gobierno”.

La amenaza de cortar la ayuda se da en un momento de fuerte tensión entre ambos países, luego de décadas en los que Estados Unidos gozó en Colombia de gobiernos-títeres, como los que tiene ahora en Ecuador o Argentina.

La víctima de la barbarie trumpista fue identificada por Petro como Alejandro Carranza, un pescador colombiano de Santa Marta, asesinado en su bote el 15 de septiembre pasado. “Carranza no tenía vínculo alguno con el tráfico de drogas y su actividad era la pesca. Su bote se había averiado y tenía su señal de socorro activada por una falla en el motor” –tuiteó Petro.

Pero Trump continuó justificando la necesidad de estos ataques a embarcaciones pesqueras, sin dar pruebas ni las identidades de los pobres pescadores exterminados por la IV Flota. Aunque en el último ataque, anunció que había dos “narcos” sobrevivientes, enviando a uno a Ecuador y al otro a Colombia, en lugar de llevarlos detenidos a Estados Unidos. Pero resulta que los “sobrevivientes” deportados directo del mar Caribe a sus países, eran miembros de la DEA, ahora degradados, quienes estaban a bordo de un semi-submarino que según Trump estaba “recargado con fentanilo y otros narcóticos ilegales”. Los otros dos miembros de la tripulación fueron asesinados a fin de evitar complejas cuestiones legales en torno a la detención de narcoterroristas afuera de Estados Unidos.

“Fue mi gran honor destruir un enorme submarino cargando un montón de droga navegando hacia Estados Unidos en una ruta de narcotráfico que tenemos bien estudiada” dijo el mafioso emperador.

De uno u otro modo, sus acciones en el Caribe ya se cobraron las vidas de 29 personas, despertando dudas entre los expertos legales y juristas sobre las verdaderas intenciones de su mortal campaña, que incluye misiles destructores, aviones F-35 y la autorización a la CIA para matar a Maduro.  

Colombia es el país de la región que más ayuda recibe de Estados Unidos, y ha sido su aliado tradicional para el control y manejo del narcotráfico. El mes pasado Trump dijo que Colombia no estaba cooperando en su “guerra contra las drogas” y que la incluyó en su lista de Eje del Mal. Más recientemente, cuando Pedro fue a la última reunión de la ONU en New York le revocaron la visa por participar en protestas contra el genocidio israelí del pueblo palestino. En aquella ocasión Petro instó a soldados de los Estados Unidos a “desobedecer las órdenes de Trump y no apuntar sus rifles contra la humanidad”.

Tras la última arremetida patotera de Trump, Petro contestó, siempre por X: “Respeto la historia, la cultura y al pueblo de los Estados Unidos. Ellos no son mis enemigos, ni los siento de ese modo. El problema es con Trump, no con Estados Unidos”.

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