Autor: Philip Larkin
Por calles de estuco, donde la luz es peltre, y la niebla de la tarde trae luces en los negocios sobre rosarios y guías de carreras, pasa un funeral.
El coche fúnebre está adelante, pero luego sigue una tropa de caminantes de calles en amplios y floridos sombreros, mangas abullonados y vestidos hasta los tobillos. Hay un aire de grandiosa amistad, como si estuvieran honrando a uno del cual fueran devotos, algunos dan unos pasos, sosteniendo hábilmente sus faldas (alguien marca el ritmo), y de gran tristeza también. Mientras se alejan se escucha una voz cantando de Kitty o Katy, como si el nombre hubiese significado todo amor, toda belleza.
Vistas: 3
