Autor: David Ratcliffe
El pasado ha sido amable, dados mis restos secretos intactos, ocultos bajo capas de ropa y sagrada interdicción.
Como el niño culpable en el coro cantando más duro que el resto, mi mierda resuena alrededor de esas paredes descascaradas.
Yo procastino cuando soy desafiado, pontifico cuando soy cuestionado, derramo lágrimas sin ser invitado por otros mientras ansíe liberarme de mí.
Para respirar aire limpio, para hablar consistentemente, hasta en tonos sin temor a represalia.
Aunaque no puedo divulgar pecados sin fuerza interna, ni permitir una debilidad de momento para abrir mi vena.
Este rostro está arrugado de sonreír, esta fachada de falsedad de servicio al cliente se debilita, aunque conservo mi consejo.
Sabiendo que arribará el día en que pierda todo, rezo a quien sea, por favor que no sea hoy.
Ten piedad de este impostor, no lo dejes expuesto, como el hipócrita en túnica que habla sobre sus tumbas.
