Autor: David Ratcliffe
Tú me viste como un prisionero podría observar un pájaro, impulsándome a abandonar mi relativa serenidad para subirme a bordo de tu tristeza, aceptando una invitación a las áreas deformadas de tu mente.
Debajo de cada cristalino embalse colgaba una presa a punto de estallar, con el peso de mi preocupación iniciando la corriente.
Buscando un punto de apoyo resbalé en el limo de tu sinceridad, hundiéndome a restos esqueléticos en el lecho oceánico, a lo largo de la cadena del ancla, cavado profundo en tu ruina.
Décadas de decadencia inundaron mis sentidos, mientras mi estómago repelía en el agujero que hice enviándome a la superficie como un géiser.
To sonrisa comprensiva saludó mi retorno donde permanecí, flotando bajo tu arcoiris, contento por ahora, mientras prometo mejorar mi caricia.
