Autor: David Ratcliffe
Tú, la cambiadora de escenas, agrega color a días mancillados; peculiar, preciosa, indigna, tan poco convencional como un secreto guardado, tornando la parcial imperfección en completa emancipación.
Mi pisapapeles de cristal, distorsionando mentiras en una verdad virtual; Bonnie Parker, en cintas y cicatrices, más valiosa que esos problemas sin importancia envueltos en días monótonos.
Totalmente insano para ser normal en esos tiempos de confusión, tú dices con un ceceo tan nítido como un florero de cristal tallado.
Trayendo vida a la sepultura de tontos horizontales, donde tomo tu mano, bailo sobre ambos muertos, contentos de haber sido inquietados, mientras se establecían para una inmortalidad antinatural.
Vistas: 2
