Autor: Jason Baldinger
Tú confiesas que la magia se había filtrado, yo escuchaba por el coyote, contemplaba al cielo rojo, olía a lluvia aproximándose, esperé mi turno en la unión, compartir esta ansiedad es demasiado, un hombre monstruo oveja vive al final de la calle, él hipnotiza gente para salir volando del caballete, la mayoría de las veces mientras ellos avanzan hacia el olvido descubren que sus alas se salieron, no lo sé, quizá nada de esto sea magia, quizá nuestra suscripción a la realidad se agotó, hay momentos en luces rojas que no me queda nada, otro símbolo sexual fracasado, bebiendo una taza tibia de té de jengibre y cúrcuma, quizá sea todo diferente, no somos lo mismo, la gente con la que nos despertamos, ella dijo justo antes de que se fuera abajo, ella vio a un hombre en la ventana, él sonreía como un maníaco, se rió de que fuera un sueño, titiló, aterrizó, ilesa
