El Dalai Lama cumple 90 años al servicio de la CIA y el imperialismo estadounidense

Autor: Hugo Müller

El famoso y nobelado líder espiritual tibetano sigue el camino de varios amiguitos criminales de guerra como él con larguísimas vejeces que se extienden en algunos casos al siglo de vida. Líderes de la India, Estados Unidos y Taiwán lanzaron en sus redes sociales exultantes salutaciones a Tenzin Gyatso, más conocido como el Dalai Lama, para su cumpleaños noventa, reanimando el fervor antichino que ostenta el Occidente hegemónico sionazi.

De acuerdo con la prensa deleitada con la propaganda que hicieron de este sujeto actores de Hollywood carilindos como Richard Gere, los tibetanos temen que China nombre un sucesor rival de Gyatso para reforzar su control del territorio autonomizado ad-nauseam por ser “el techo del mundo” y punto de convocatoria de escaladores de alta gama.

El hombre que se autodefine como “un simple monje budista” lo celebró en la India, donde mantiene su residencia desde que tropas chinas aplastaron su “levantamiento”, consistente en una operación de forajidos de la CIA en la capital Llasa, en 1959. El Dalai Lama dice que sólo su oficina hindú tiene el derecho de nombrar a su sucesor, extremando un sectarismo budista afín a sus principios de constante ombliguismo y concentración en uno mismo, y en ver que todo es maravilloso allí donde rigen dictaduras o gobiernos que aplican políticas neoliberales salvajes.

El principal descarado que lo saludó fue el primer ministro indio Narendra Modi, mientras intercambiaba gajes del oficio de torturar pueblos con el argentino Milei. Su mensaje fue leído por los altoparlantes de la colina del Himalaya donde vive el agasajado Lama. “El ha sido un símbolo resistente de amor, compasión, paciencia y disciplina moral” –mensajeó el líder del país más habitado del apocalíptico planeta Tierra.

China ya avisó que tendrá la última palabra en la designación final del heredero, y el saludo de Modi se asumió como un apoyo a los caprichos del sempiterno Gyatso, un representante más de la gerontocracia global que tiene a los agentes inmobiliarios y genocidas Trump y Netanyahu como sus más encumbrados líderes. El gusano devenido en canciller Marco Rubio también se transmitió por los parlantes perfumados de la residencia idílica del dalai…: “Washington está comprometido en garantizar los desechos humanos y las libertades fundamentales de los tibetanos. Embelesados por su compasión, su herencia nos interesa un montón, incluida la de elegir y venerar libremente a los líderes religiosos que quieran, sin interferencias chinescas” –remataba su saludo standupero el gusano Rubio.

El presidente de Taiwan (otro territorio desde el cual Estados Unidos provoca a diario a China), Lai Ching-te dijo que el ejemplo del Dalai Lama “resuena en todos los que amamos la libertad, la compasión, la democracia y el respeto a los derechos humanos”.

Del mismo modo, tres mensajes de ex presidentes estadounidenses, todos criminales de guerra, fueron leídos en el cumpleaños feliz de Gyatso. El de Bill Clinton apeló a un humanismo más falso que su gobierno fayuto: “En una época en que vemos a fuerzas enfrentadas desgarrando la tela de nuestra humanidad común agradezco sus esfuerzos por hacer un mundo mejor, más compasivo y amable para todos”.

George W Bush, quien precipitó nuevas doctrinas bélicas y el unilateralismo hegemónico estadounidense el 12 de septiembre de 2001, también se despachó como buen geronte de 79 recuperado del alcoholismo: “El mundo se ha vuelto un lugar complicado, y necesitamos su espíritu de bondad, compasión y amor más que nunca”.

Por último, la humorada indignante de otro terrorista ganador del nobel, Barack Obama, que deseó “un muy feliz cumpleaños a la persona de 90 años más joven que conozco”. Y continuó con su estilo ególatra y de un individualismo hastiante: “A mi querido amigo le digo que es humillante que él haya estado como líder en la escena mundial desde antes de que yo naciera. Le has mostrado a varias generaciones lo que significa la compasión, y hablar de libertad y dignidad. No es poco para alguien que se describe como un simple monje budista”.

Como han visto, todos los saludadores mencionaron la palabra compasión: cosa que el monje empleado de la CIA sólo tiene para criminales de guerra y pecadores de enormes fortunas.

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