Una mercancía compuesta para Remington

Autor: Tyler Malone

Criamos a los niños, con la cabeza alta, para que se enamoren, pero algunos levantan a los muertos que no pueden decir la diferencia entre guiños y parpadeos, y silbidos a los accidentes de autos y silbatos de ambulancia.

Elevamos lo placentero pero palidecemos en larga soledad, deleitándonos delicadamente con la condena detrás de las persianas, viviendo bajo los límites de la vida. Manteniendo mediocridad, varonil o femenina, barbilla en alto

Algunos crian niños para ocultar en nubes de todo lo de abajo, sombras pensantes son esas cosas que no nos siguen: el amor nos puede dejar detrás, capturar la pasión no se muestra en un óleo de secado lento en sonetos.

Sólo se aferra tomándonos de las manos, no ocultando quién eres de las preguntas de confrontación. ¿Quién te hizo?, ¿qué eres? Eres quien se sienta en soledad y practica aceptación con puños y ficción.

Solo, amando la canción de amor que nos cantamos luego de escuchar accidentalmente mercancías compuestas, jamás para dejar nuestras cabezas después de segundos de interacción musical no elegida, hasta que un electrocardiograma plano nos canta a mosquitos hasta la nariz, y huevos en orejas. Nos atrevemos a amar los dientes de león que no rugen, pero su belleza destruye el hormigón como dientes en los delgados muslos de antílope.

Criamos niños para que mantengan cabezas en alto, pastando, viviendo por ignorar el abrevadero, así que ellos no miran abajo a la tierra y se ven a sí mismos: lo que viene para ellos.

traducción: HM

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