Autor: Malone, Tyler
Hogar dulce hogar, se balancea, desconocido, descolorido, sentimiento no amado comprado en tienda, no eutanasiado, no cantado, enclavado, esclavos de la dependencia, no son inconcientes, sólo inútiles. Por eso están en un lugar como éste.
Ellos no hicieron una cosa para merecer la existencia. Nacieron en la tierra, nacieron para ser desechados. Todos tienen épicas para contar, inspiraciones para susurrar. Ellos fueron un vagabundo, un sinvergüenza, un héroe, un amante. Uno sabe convertir arcilla en oro. Uno acarició las alas de un ángel. Todos han recibido el don de la edad.
Arrugados, escuálidos, vagabundos entrenados con pastillas, pronto serán sólo montones de recuerdos, tapados y enterrados.
El era un legítimo dios del sexo, él ahora lleva insignias de moretones, ahora pedos con moretones y hemorroides. Ella era una diosa adorada, ella ha esquivado de todo corazón, ella ahora caga en una bolsa. Un viejo que compartió orgasmos con sirenas, una mujer fría que sedujo a santos. Ahora ellos son esto: hirviendo de dolores. Recitando historias a ser reusadas en marcos de cama.
Secretos mueren con esas almas, sorbiendo sustancia por pajitas. Su hedor mancha cada apoya-brazo de silla de rueda. Su llamada silenciosa dobla en cada pasillo aséptico. Que sus almas descansen, pronto morirán…
Nosotros terminaremos así. Envueltos en pis. Fantasmas perdidos.
Mi abuela es así…
Entonces lejos del mejor descanso. Ascendiendo, fuera de la vista. Lejos de este arresto de cama. De compartir historias con rocas de rango arrastrado en la fila del frente, alados, cantando en los coros de la Creación. Todo será visto pronto. Si es el cielo o su silencio, ambos se escabullen furtivos, ambos están a la entrada, más cerca que toda atracción secando hueca en el pino, todo junto con su Todopoderoso, su alma sana estará lejos de la mente loca.
En una respiración, un movimiento intestinal, o en una cena de microondas. Están más cerca del dulce para siempre.