Autor: Brownstein, Michael
Marvin llamaba a la hora y la temperatura varias veces durante la semana. El sentía que necesitaba oír otra voz humana y también a menudo sentía que la grabación era una persona real hablándole sólo a él. Entonces una hermosa mañana de jueves él discó el número y la voz dijo “Marvin, sal afuera. Es un día hermoso. Simplemente hermoso. Ve al parque, siéntate en un banco, ve al zoológico, pasea. Anda”. Marvin contempló a su teléfono por un largo minuto, nunca escuchó la hora o la temperatura, y luego fue al parque y se sentó en un banco. El llamó a la hora y la temperatura después de eso aún con más frecuencia, pero jamás escuchó el mensaje de la grabación llamándolo por el nombre.
El recordó otro tiempo cuando era mucho más joven. Estaba en su trabajo sentado solo como era su hábito cuando sintió el leve temblor de manos fuertes que le masajeaban sus hombros. Al principio él no reconoció la voz, pero conocía el rostro, otro joven que pasaba un montón de tiempo para sí. Una gran conmoción eléctrica brotó por su cuerpo y de pronto él se sintió vivo, energizado, hasta comprometido. El no se preguntó en el momento si eso significaba que era homosexual –él sabía que no lo era- pero más tarde pensó en ello. Ahora todo lo que recordaba eran las fuertes manos en sus hombros masajeándolos y la electricidad que fluyó de ellos a su interior como si le dieran una carga que él necesitaba mucho.
En el hogar subterráneo, luego de juntar unos pocos libros de biblioteca, él pensó en la hora y la temperatura, que lo remitían a la conmoción eléctrica en sus hombros, comenzó leyendo su libro y se durmió a unas pocas paradas de la suya. Por el altoparlante, la voz del conductor dijo “Marvin, despierta. Tu parada es la siguiente”. De pronto estaba bien despierto. “Prepárate a salir, y Marvin, ve a casa a tu esposa. Que tengas un bonito día”. Estaba tan anonadado, que no reaccionó por un largo segundo y cuando lo hizo, el tren estaba llegando a su parada. Apuradamente colocó el libro en su bolso, se paró velozmente y corrió a la puerta de salida unos pocos segundos antes de que se cerraran. Cuando abrió la puerta de su pequeño departamento, su esposa lo estaba esperando tan preciosa como nadie podría ser.
traducción: HM