Autor: Brownstein, Michael
He terminado con la segunda caja de matzá y todavía tenemos unos doscientos kilómetros por delante. Un pedazo de matzá cada treinta kilómetros. Me mantiene despierto y me gusta el modo en que cruje, cambia la textura, deja una leve película en mi boca. Siempre me tomó una pausa de varios kilómetros entre cada pedazo.
“Ey” despierto a mi esposa, “Necesito un baño y me quedé sin comida. Estamos llegando a Dwight. Conseguiré algo de comida para nosotros allí”
Ella murmura algo que no entiendo, así que lo tomo por un sí y salgo. Hay cuatro restaurantes de comida rápida en la plaza, dos a cada lado, enfrentados. Los autos están estacionados en todos los lotes. El negocio debe ir bien, pienso mientras entro a Taco Dell. No somos adeptos al pollo, así que no fui a KFC, e intentaremos mantenernos apartados del bife, y eso se encargó de Burger King y Arby’s. Ya casi puedo probar las tortillas de habas que estaré comiendo por el resto del viaje. Silenciosamente salgo del auto –no quiero despertar a la familia- y entro. No hay nadie allí. Todas las luces están prendidas, las cajas registradoras miran hacia afuera -extraño- y las cocinas y freidoras zumban.
“¿Hay alguien en casa?” pregunto. Lo digo de nuevo más alto. Luego de nuevo.
Extraño.
Uso el baño que parece recién limpiado en su totalidad. El piso brilla. Las instalaciones están inmaculadas.
“¿Hay alguien aquí?” pregunto de nuevo bastante alto. Mi voz hace eco.
Salgo. Cruzo la calle. Voy a los otros fastfood. La misma cosa. Nadie en ninguna parte, pero hay autos estacionados en el frente. Uno tiene cuatro, otro tres, los últimos dos seis. Reingreso a Taco Dell. Camino a la registradora. “Aquí estamos en el sistema de honor” dice el cartel. “Cocine lo que necesite, pague poniendo su tarjeta o dinero en la ranura correcta, tome su recibo y tenga un bonito día”.
¿Sistema de honor?
Okey para mí. Cociné ocho tortillas de habas –cinco para mí porque estoy manejando- y una para mi esposa e hijos. Agrego tomates y un pedazo de lechuga a cada una (sin queso porque estoy cuidando mi consumo de grasas), las enrollo, las envuelvo, pago con efectivo, tomo mi recibo y estamos en nuestro camino un minuto después.
Mi esposa se agita a mi lado. “Conseguiste un diario. Sabes que me gusta tener diarios de cada pueblo que visitamos”.
Necesitamos gas de cualquier modo. Entro a la siguiente estación que veo, a unos diez kilómetros de los fastfoods, lo lleno, uso el baño de nuevo (por las dudas) y compro un diario. Es lindo ver a un humano real trabajando detrás de la caja. No sé por qué, pero me olvido de preguntarle sobre el sistema de honor en la carretera. Aún me pregunto si funciona para los dueños.
“Interesante título” digo mientras le alcanzo el diario a mi esposa, enciendo el auto y me deslizo a una rampa hacia la carretera.
“¿Uh?” murmura ella, toma el diario y lee alto: “Más desapariciones reportadas en cuatro esquinas”, y ella me muestra el título. “Más gente desaparecida reportada a las autoridades” continúa ella leyendo. “La cuenta ja alcanzado más de cincuenta ahora. La policía está investigando. ‘No tenemos ninguna pista hasta este momento’, de acuerdo al detective investigador John Worth del Departamento de Policía de Dwight. ‘Es un misterio. Los autos están aparcados en el lote intactos, las llaves aún en el encendido, pero los pasajeros están desaparecidos. Estamos buscando respuestas’”. Ella toma una tortilla de habas de la bolsa. “Huele bien”. Toma un mordisco. “Interesante sabor. ¿Qué piensas que le ponen para que esté tan buena?”
Estoy pensando lo mismo.
traducción: HM