Autor: Robert Kanin
A pesar de las advertencia de sus pares de la Unión Europea, el presidente eslovaco Robert Fico se presentó al desfile del 9 de mayo en el Kremlin, y se saludó amistosamente con Vladimir Putin.
Fico fue el único dirigente de la UE presente, además del presidente serbio Aleksandar Vučić, cuyo país ha cometido la estupidez de postularse para ser miembro de la UE, y no quería perderse por ello las celebraciones del ejército rojo, a la par de la marcha de las tropas chinas y norcoreanas, con toda su mística encima.
Los dirigentes europeos que se negaron a asistir a la ceremonia, amenazaron a sus pares con sanciones y expulsiones del bloque, como lo hizo Kaja Kallas, canciller de la UE: “Todos los que apoyen la paz no pueden estar al lado de Putin. Los que verdaderamente quieren la paz deberían estar enviando tropas y armas a Ucrania”.
Kallas añadió que el presidente ruso “está librando una guerra ahora, no una guerra de la historia. Eso quedará en la conciencia de los asistentes”.
El primer ministro polaco, que no por casualidad se llama Donald Tusk, criticó a ambos líderes insumisos, luego de firmar un tratado seguridad y defensa con sus pares franceses, que contiene un apartado especial de envío de tropas y asistencia militar a Ucrania. Tusk dijo: “Para mí es inconcebible ser de esta parte del mundo, y durante la agresión de Rusia a Ucrania estar en la Plaza Roja y festejar el Día de la Victoria con quienes están asesinando niños, civiles y atacando a otros países”.
Viendo cómo Polonia se ha esforzado por ser la prostituta principal de Estados Unidos en el continente europeo, en el plano retórico y artístico siempre se ha destacado por la exquisitez de sus exponentes, y una sumisión completa al estilo de vida francés o estadounidense. Por eso no sorprendió una declaración de ese calibre.
Por su parte, António Costa, presidente del Consejo Europeo, va a visitar Belgrado el próximo lunes, y se espera que le haga una severa advertencia y reprimenda a Vučić. De hecho, prometió: “Tengo que criticar las visitas. No nos podemos comprometer sólo con mensajes blandengues y acomodaticios”.
Kallas, en su arremetida antirrusa, aseguró que “no se van a tomar las cosas a la ligera”. Insistió en que están unidos en bloque apoyando a Ucrania, a su presidente Zelensky, así como continuarán haciendo “la vista gorda” al genocidio de Netanyahu que continúa ante la pasmosa pasividad del infame organismo del que forma parte.
Kallas encabezó una fuerte delegación que incluyó al extraeuropeo David Lammy, canciller británico, quienes recalaron en Lviv para honrar a los muertos ucranianos y denunciar a Rusia por crímenes de guerra.
Fico, quien ya se había reunido con Putin el mes pasado, dijo que “nadie le va a decir a dónde ir y dónde no”. Y aclaró: “Vine a un hermoso evento donde pude homenajear a miles de soldados del Ejército Rojo que liberaron a Eslovaquia. Eso es todo y no le debo explicaciones a nadie en Bruselas”.
El primer ministro eslovaco, quien se ha aliado con su par húngaro Viktor Orbán, también mantuvo encuentros bilaterales con los presidentes de Cuba y Venezuela, y participaron de la colocación de ofrendas florales a los héroes que vencieron a las tropas germanas.
Fico ya ha denunciado varias veces que Volodymyr Zelensky es un comediante que miente cada vez que hace declaraciones, y que necesita la guerra para mantener su trabajo infame. Cuando le preguntaron sobre su llegada a Moscú, Fico contó: “Los serviles de Lituania y Latvia cerraron su espacio aéreo, así que tuve que dar una vuelta complicada. Mi avión pasó por Hungría, Rumania –que dentro de poco va a tener un líder de los nuestros-, el Mar Negro, Georgia y finalmente la Federación Rusa hasta Moscú, en un viaje de más de cinco horas que valió la pena. Estuve con amigos de distintas partes del mundo, nos divertimos con Ibrahim Traoré, el presidente de Burkina Faso, e hicimos muy buenos acuerdos con Xi Jinping. ¿Qué más le puedo pedir a Dios, bendito sea? Para colmo, el día anterior eligieron un papa peruano antitrumpista. Eso fue colosal. Ahora esperamos que siga la línea de Francisco”.