El autismo crece a niveles pandémicos en Estados Unidos

Autor: Lee Banks

De acuerdo con el Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., el gobierno está investigando las causas del incremento exponencial de los casos de autismo registrados en el país en 2025. En una reunión de gabinete, donde el secretario se animó a plantear el tema ante el comportamiento alienado y caprichoso de sus colegas, dijo: “Los psiquiatras están preocupados y el DSM-V ya quedó obsoleto. hemos lanzado pruebas masivas que involucran a cientos de científicos en todo el país, y el director del proyecto me avisó que para septiembre van a estar los resultados. Estarán determinadas las causas y seremos capaces de eliminarlas”.   

En febrero Trump ordenó la creación de una Comisión MAHA «Make America Healthy Again»[1] compuesta por Kennedy y otros secretarios, y enseguida se orientaron a indagar las tasas infantiles de autismo y asma, y cuánto cuestan los tratamientos para ambas enfermedades. Nada se preguntaron ni averiguaron sobre el patente y candente autismo entre los adultos, en particular los denominados «mayores». El crecimiento del autismo se nota a la legua en el modo de gobernar de Trump, así como en el de Biden, pues la gerontocracia conduce a ciertos rasgos de egoísmo exacerbado, a la abstracción de vejete iluminado que puede salvar a todos con su carisma de mafioso o de ricachón muy perfumado.

Durante años los científicos buscaron los factores genéticos y ambientales que podrían contribuir a la propagación del autismo, pero las causas en la mayoría de los casos son poco claras. Muchos han propuesto que tener un hogar psicotizado, automatizado, robotizado, algoritmizado, y propenso al uso frecuente de armas de fuego para amedrentar a compañeros o enemigos, podría estar relacionado con la proliferación de casos extremos.

Sin embargo, Kennedy es tan bestia en temas de salud como Trump en políticas verdes. Y cree que el aumento del autismo obedece sencillamente a que en su definición se han incluido más comportamientos, y que se ha extendido una tendencia entre los facultativos a diagnosticarlo con demasiada ligereza. Pero sobre todo, liga directamente el autismo a la vacunación por el covid y otras enfermedades como el sarampión, sin la menor evidencia científica que pueda sustentar semejante imbecilidad intrincada en la maraña de mentiras que conforman la argumentración del gobierno estadounidense para justificar absolutamente todas sus medidas.


[1] Hacer a América saludable nuevamente.

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