Autor: Máximo Redondo
La CGT organizó para hoy su tercer paro al gobierno de Milei, en protesta por las medidas de ajuste, despidos y represión implementadas por la mascota autista de la ultraderecha global. Buenos Aires amaneció tranquilo, aunque algún que otro colectivo corría. Los bancos y escuelas se cerraron, y las oficinas públicas y hospitales funcionaron con guardias mínimas.
Ayer, en la víspera, los trabajadores se unieron a la protesta de los jubilados enfrente del Congreso, que siempre culminaban con arteros ataques de policías a ancianos al borde de la indigencia, además de arrojar gases lacrimógenos a niñas o a las cabezas de fotógrafos osados, el día que hinchadas del fútbol fueron a apoyar a los abuelos.
Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, con un optimismo desbocado, opinó «Luego de esta huelga, van a tener que apagar la motosierra. Se acabó, ya no hay más lugar para recortes”. Los gremios reclaman por los empleados despedidos, la reapertura de paritarias y retirar los proyectos de privatización de empresas públicas. Todos los voceros del gobierno cuestionan el paro y aseguran que seguirán adelante con su agenda trumpista mientras respire el líder naranja.
En cuanto al panorama que se vio en las calles, se puede mencionar la basura acumulada, y las posturas de apoyo o reprobación de la huelga cegetista. Hablamos con un desocupado de 62 años, recién despedido de un restaurante, quien consideró mientras esperaba el colectivo: «El derecho a huelga es un derecho del trabajador y pienso que tiene que haber un plan de lucha porque la situación con este gobierno es insostenible”.
Luego nos cruzamos con una desocupada de 33 años, que tiene otra mirada. «Es un problema. Tengo que llevar a mi abuela al hospital y no sé si me van a atender, no sé qué hacer”.
En el puerto de granos de Rosario se detuvieron todas las actividades. Los economistas que defienden al gobierno sostienen que la huelga perjudicará al país ocasionándole enormes pérdidas en dólares.
El gremio de pilotos de avión se unió a la huelga, y declaró: “La única cosa que trajo este gobierno es una ola de despidos en el estado –y también en el sector privado-, mayores índices de pobreza y deudas internacionales, además de haber hecho la criptoestafa más grande de la historia argentina”.
Más allá de las visiones contrapuestas, está por llegar otro préstamo del FMI que alimentará la deuda dolosa, ilegítima y mafiosa que tradicionalmente toma Argentina con la comunidad internacional para que su ministro fugador y mesadinerista la robe a través de sus amigos banqueros, y el gobierno de Milei marche “tan viento en popa” como el del emperador Trump.
Entretanto Caputo, el ministro, tuvo tiempo para orquestar el fallido asesinato de Cristina Fernández de Kirchner. Ahora Milei logró que Trump prohíba su ingreso a Estados Unidos, adonde no pensaba ir ni en pedo. Igualmente, pronto la van a meter presa, cumpliendo el anhelo de su antecesor Macri, la obsecuencia y abyección de la Corte Suprema, y la urgente necesidad del anarcolibertario cada vez más agobiado por su inepcia y la ingesta descontrolada de clonazepam, prueba de ello su exposición en Paraguay junto al presidente guaraní, tan canalla y egotista enajenado como él.