Autor: William Morris
¿Qué parte de la espantosa eternidad son esos extraños minutos que gano, perplejo con la duda del amor y el dolor, cuando pueda ver tu delicado rostro un poco antes del adiós? ¿Qué parte de la marea anhelante del mundo que destella, cuando el nuevo día desnudo y blanco borra el débil deleite de mi medio sueño, y no hay nada a mi lado, y bien recordado es el adiós?
¿Qué gota en la gris marea de lágrimas aquel tiempo, cuando el largo día de trabajo, desgastado, no me muestra nada para hacer, y nada merecen mis cargas de labor el anhelo de aquel último adiós?
¿Qué piedad de los cielos arriba, qué escucha desde la eternidad, qué palabra desde el veloz mundo para mí? Habla, escucha y ten piedad, oh, tierno amor, ¡quién conoce los días antes del adiós!
traducción: HM