Canción VIII: Mientras lo consideraban dormido

Autor: William Morris

Amor es suficiente: mientras lo consideraban dormido, había señales de su venida y sonidos de sus pies, su tacto era el que te llevaría a gemir, cuando el verano era más profundo y la música más dulce: en sus pasos ustedes siguieron el día hasta su agonía, ustedes siguieron adelante junto a sus faldas a encontrar la mañana: en su lugar yaciendo sobre la hierba golpeada del huerto, de los dulces caminos que pensaron dejados para la prueba de la vida.
Ah, ¿qué fue todo el sueño de placer cerca de ti, al tiempo cuando sus ojos se volvieron a tus ojos nostálgicos, y vieron sus labios moverse, y su cabeza se inclinó para escucharte, como recien nacido y alegres anhelaban su bondad? Ah, ¿qué fue todo el sueño de angustia y tristeza, al tiempo cuando el mundo fue quemado en su tormento, y tu corazón no podía pedir prestado ningún dios de su prisión, y no quedaba ningún descanso, ningún hoy, ningún mañana?
Toda maravilla de placer, toda duda de deseo, toda ceguera, están terminadas, y ustedes ya no sienten más si sus pies tratan sus flores o las llamas de su fuego, si su pecho encuentra sus bálsamos o el filo de su acero. El cambio ha llegado, y el pasado ha terminado, no más luchas, no más aprendizaje: ahora sus labios y su frente están sellados con su sello, miren hacia atrás y sonrían a las espinas y el ardor. ¡Dulce descanso, oh mi alma, y ningún temor de retorno!

traducción: HM

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