Autor: William Morris
El barco condenado se conduce indefenso por el mar, todo lo que los marineros pueden hacer está hecho, y la muerte quedó para que los hombres la contemplen, mientras dos amigos se sientan silenciosos uno junto al otro, amigos una vez, enemigos una vez, y ahora liberados del amor y el odio por la muerte, de todas las cosas perdidas o ganadas, todavía la maravilla de aquel esfuerzo pasado nubla toda la esperanza u horror que pueda haber.
Así, tristeza, mientras nos sentamos lado a lado en medio de esta maraña de gris desesperación, ni tenemos imágenes de trampa o justicia para vejar, salvo tu rostro de novia besado, tu despreciativo rostro de lágrimas cuando fui probado, y fracasé bajo un dolor que no estaba hecho para soportar.
traducción: HM