Un jardín junto al mar

Autor: William Morris

Conozco un pequeño jardín cerca, con gruesos lirios y rosas rojas, donde podría vagar si pudiera desde el rocío matinal al rocío nocturno, y tener a una conmigo vagando. Y aunque en él no cante ningún pájaro, y aunque no haya una casa con columnas, y aunque las ramas del manzano estén desnudas de fruto y flor, los pasos de ella andarían por la verde hierba hacia Dios, y yo los contemplaría como antes.
Ahí viene un murmullo desde la orilla, y en la cercanía hay dos bellas corrientes, que se acercan desde las lejanas colinas púrpura, que se dirigen al incansable mar: colinas oscuras cuya flor de brezo no alimenta a ninguna abeja, orilla oscura que ningún barco ha visto jamás, atormentada por las olas verdes cuyo murmullo viene incesantemente hacia el lugar por el cual lloro. Por el cual lloro día y noche, por el cual dejo deslizar todo deleite, donde me volví sordo y ciego, descuidado de ganar, inhábil para encontrar, y rápido para perder todo lo que los hombres buscan.
Aún tambaleante como soy y débil, todavía dejé un pequeño aliento para buscar dentro de las quijadas de la muerte una entrada a aquel lugar feliz, para buscar el rostro no olvidado, una vez visto, una vez besado, que una vez me arrebataron cerca del murmullo del mar.

traducción: HM

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