Autor: William Morris
Escucho una palabra, una palabra a su tiempo, porque el día se está acercando, cuando la causa nos convoque, ¡a algunos para vivir, y algunos para morir!
El, quien muere, no morirá solitario, muchos y uno han partido antes, él quien vive no ha de soportar carga más pesada que la vida que ellos llevaron.
Nada antiguo es su historia, incluso hasta ayer ellos sangraron, ellos, los más jóvenes de los amados de la tierra, los últimos de todos los muertos valientes.
Hasta las novedades que estamos contando eran la historia que ellos tenían que contar, hasta la esperanza que nuestros corazones acarician era la esperanza por la cual ellos cayeron.
En la tumba donde los tiranos los lanzaron, yace su labor y su dolor, pero inmortal desde su pena brotó nuevamente la esperanza.
Entonces no lloren ni lamenten que el mundo sobreviva a su vida, voz y visión aún ellos nos dieron haciendo más fuertes nuestras manos para la lucha.
Algunos tenían nombre, y fama, y honor, ellos eran instruidos, y sabios y fuertes, algunos no tenían nombre, pobres, iletrados, débiles en todo salvo el dolor y el error.
Con nombre y sin nombre, todos viven en nosotros, uno y todos nos conducen aún a que cada dolor cuente por nada, cada pena a olvidar.
Escuchen cómo lloran “Oh felices, felices ustedes que nacieron en la partida de la triste y lenta noche, en el despertar del amanecer.”
“Bella es la corona que la causa tiene para ustedes, buena para morir o buena para vivir a través de la batalla, a través del enredo, paz para ganar o paz para dar”.
¡Ah, puede ser! A menudo me veo, en los días que aún vendrán, cuando ningún esclavo de oro se mantenga en el ancho de mar a mar, a menudo, cuando hombres y doncellas están alegres, antes de que la luz del sol deja la tierra, y ellos bendicen el día amado, todo demasiado breve para toda su alegría, algunos harán una pausa un rato y reflexionarán sobre los viejos días amargos, antes que el trabajo del esfuerzo y la batalla lanzaran la maldición del oro, entonces entre labios de amada y amante se levantarán de nosotros solemnes pensamientos, nosotros, quienes una vez fuimos locos derrotados, entonces éramos los valientes y sabios.
Allí en el medio del mundo nuevamente construido nuestras hazañas terrenales se mantendrán, aunque nuestros nombres todos serán olvidados, y la historia de cómo morimos.
Vida o muerte entonces, quién le prestará atención, ¿qué ganamos o qué perdemos? Bella vuela la vida en medio de la lucha, y la Causa para cada uno se elegirá.
Escucha una palabra, una palabra a su tiempo, porque el día se está acercando, cuando la causa nos convoque, ¡a algunos para vivir, a algunos para morir!
traducción: HM