Autor: William Morris
Sí, cuando vadeamos el bosque enmarañado, en apuro y apurados por estar allí, nada se parece a sus buenas hojas y flores, por todo lo que ellas son bellas de forma. Pero mirando arriba, al fin vemos el resplandor de la luz abierta, desde encima del lugar donde estaríamos: entonces crecen las mismas zarzas brillantes.
Así ahora, en medio de nuestro día de lucha, con muchos temas jugamos alegres, cuando una vez vimos la luz de la vida brillar por la maraña del día.
traducción: HM
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