Cabalgando juntos

Autor: William Morris

Por varios, varios días juntos, el viento sopló firme desde el este, por varios días el clima se puso cálido, en el tiempo de la fiesta de nuestra Señora.

Por varios días cabalgamos juntos, aún no éramos ni amigos ni enemigos, más caluroso y despejado se ponía el tiempo, el viento del este soplaba firmemente.

Vimos los árboles en el clima caliente, brillante, claramente recortados, con sombras muy negras, tan libremente cabalgamos juntos con yelmos desatados y bridas flojas. 
Y a menudo, mientras cabalgábamos juntos nosotros, viendo el arroyo de orilla verde, veíamos flores en el clima soleado, y veíamos al besugo burbujeante.
Y a la noche nos acostábamos juntos, la caña colgando sobre nuestras cabezas, u observando toda la noche el tiempo de rocío, el rato en que la luna observaba el bosque.
Nuestras lanzas se alzaban juntas gruesas y brillantes, los estandartes dejaban atrás las corrientes, mientras galopamos en el clima soleado, con rostros girados hacia el viento.

Nuestras lanzas se hundieron juntas, tan gruesas como vimos cabalgar a los paganos, su cara ansiosa en el clima fresco y despejado, brillaron aquella última vez a mi lado.
Nos precipitamos juntos a la barrida del puente, golpeó ante la embestida de las lanzas a su encuentro, los capullos con lluvia del querido tiempo de primavera, las flores del olmo se sienten como lágrimas.
Allí, mientras rodamos y nos retorcimos juntos, yo lancé mis brazos por arriba de mi cabeza, para acercarme a mi lado, en el clima hermoso, lo vi tambalear y caer muerto de espaldas.
Yo y el asesino nos encontramos, él esperó el golpe de la muerte allí en ese lugar, con pensamientos de muerte, en el clima hermoso, boquiabierto y perplejo ante mi rostro enloquecido.
Peleé locamente como peleamos juntos, en vano: la pequeña banda cristiana que los paganos hundieron, como en clima tormentoso el río anega las tierras bajas.
Ellos ataron juntas mis dos manos ensangrentadas, ellos ataron su cadáver para que asienta a mi lado: entonces cabalgamos, en el brillante clima de marzo, con estrépito de címbalos cabalgamos.
Ya no cabalgamos más, no más juntos, las barras de mi prisión son gruesas y fuertes, no presto atención a ningún clima, los dulces santos garantizan que no viviré mucho.

traducción: HM

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