Una canción de muerte

Autor: William Morris

¿Qué viene aquí despertando de oeste a este? ¿Y quiénes son esos, los que marchan lento y serios? Cargamos el mensaje de que los ricos están enviando de regreso a quienes ordenaron despertar y conocer. No uno, no uno, ni miles deben asesinar ellos, sino uno y todos si anochecieran el día.
Le pedimos una vida de ganancia trabajosa, ellos nos ordenaron esperar su ocio para nuestro pan, anhelábamos hablar para contar nuestro doloroso aprendizaje, regresamos sin discurso, cargando a la espalda a nuestros muertos. No uno, no uno, ni miles ellos deben asesinar, sino uno y todos si anochecieran el día.
Ellos no aprenderán, no tienen orejas para escuchar, ellos girarán sus rostros de los ojos del destino, sus salones alegremente iluminados cierran los cielos que oscurecen. ¡Pero sí!, este hombre muerto golpeando a la puerta. No uno, no uno, ni miles ellos deben asesinar, sino uno y todos si pudieran anochecer el día.
Aquí yace la señal que romperemos nuestra prisión, en el medio de la tormenta él ganó un descanso de prisionero, pero en el nublado amanecer el sol levantándose nos trae nuestro día de trabajo para ganar lo mejor. No uno, no uno, ni miles ellos deben asesinar, sino uno y todos si pudieran anochecer el día.

traducción: HM

Vistas: 0
Compartir en