Autor: William Morris

El amor da todo don por el que anhelamos vivir. “El amor toma todo don, y nada devuelve”.
El amor abre los labios que de otro modo siempre fueron mudos: “El amor cierra los labios de donde puede salir todo lo bueno”.
El amor esclarece los ojos que de otro modo jamás verían: “El amor enceguece los ojos de todos excepto tú y yo”.
El amor convierte la vida en alegría hasta que no queda nada por ganar: “El amor transforma la vida en un lamento hasta que la esperanza es nula y vana”.
Amor, que lo cambias todo, ¡nunca más me cambies! “Amor, que lo cambias todo, ¡cambia el dolor de mi pena!”
El amor abrasa el mundo hasta el cielo inmutable y bendito. “El amor abrasa al mundo hasta un vacío de toda inquietud”.
Y allí quedamos los dos y no necesitamos más trabajo: “¿Y soy dejado solo, y a quién prestará atención mi trabajo?”
¡Ah, te alabo, Amor, por la alegría absoluta ganada! “¿Y mi alabanza no vale nada por toda mi vida deshecha?”

traducción: HM

Vistas: 0
Compartir en