Autor: Robinson Jeffers
Ed Stiles y el viejo Tom Birnam fueron a su ganado en las colinas desnudas sobre Mai Paso, habían cabalgado bajo la muerte blanca de las estrellas cuando alcanzaron el enorme lirio-tigre del risco y un cierto asombroso amanecer otoñal cubierto de nubes abrió todos sus pétalos. Ed Stiles empujó a su caballo, ese llamativo palamino de color crema que montaba, de pesada melena blanca, cola blanca, su orgullo, y dijo ‘Mira, Tom. Mi Dios. ¿No es este un hermoso amanecer?’ Birnam movió su boca hacia abajo, preparó la dura y vieja quijada, y gimoteó: ‘Ahora, Ed: escucha: No tengo una onza de poesía en todo mi cuerpo. Son vacas lo que buscamos’. Ed rió y siguió, empezaron a separar a los novillos del rebaño. Una pequeña criatura roja de pies de ciervo rodó sus ojos salvajes y corrió por la colina, el viejo duro detrás de ella. Ella corrió por un profundo barranco, y el picazo de Birnam hubiese hecho un salto claro pero el labio de arcilla se desmoronó bajo su despegue, él se deslizó y derramó en el pozo, se agitó con cuatro pezuñas y salió revuelto. Stiles los vio desvanecerse, luego el caballo dando zarpazos y los estribos aleteando. El rodó y miró abajo y vio al hombre viejo de espaldas en el fondo plano del barranco, mirando sombríamente al cielo. Vio los bancos de tierra, la escasa hierba blanca, el fuerte mar oscuro a mil pies debajo, rojo con reflejos de nubes. El dijo ‘Mi Dios, Tom, ¿estás herido?’ Quien respondió lentamente ‘No, Ed. Sólo estoy yaciendo aquí pensando en mis cuatro hijos mordiendo las palabras cuidadosamente entre sus labios, grandes hombres apuestos, actualmente tumbados en la cama en sus… seda… pijamas… ¿Y por qué diablo yo sigo trabajando?’ El se levantó lentamente y limpió la suciedad de su mejilla, gruñó, escupió, y trepó por el banco de arcilla. Stiles rió: ‘Tom, no puedo decirte: espero que te gusten. Por Dios espero que te gusten los amaneceres’. El viejo gruñó en su garganta y dijo ‘Atrapa a mi caballo’. Este viejo murió el último invierno, habiendo vivido ochenta y un años bajo cielo abierto, involucrado con el ganado, caballos y caza, ningún pensamiento ni emoción de todos sus ancestros desde la edad de hielo podrían comprenderlo. Yo llamo a eso una buena vida, estrecha pero vastamente mejor que la mayoría de las vidas de hombres, y más allá de la comparación más hermosa, el viento golpeó la música, huesos de hombre fueron moldeados para ser el arpa.
traducción: HM