Autor: Robinson Jeffers
Augustos y laureados han estado contentos de hablar por una era, y las eras que siguieron los respetaron por esa piadosa fidelidad, pero tú has desvirtuado el tiempo por la intemporalidad. Ellos tenían héroes de compañía, hermosas juventudes para soñar, dedos de mármol rosa, las mujeres derramaban luz por las grandes líneas, pero tú has invocado el limo en el cráneo, la linfa en los barcos. Ellos han mostrado Dioses hombres como sueños raciales, el deseo de la mujer, el temor del hombre, el del profeta de cara de halcón, pero nada humano parece feliz a los pies de los tuyos. Por lo tanto, aunque no olvidado, ni amado, en viejos años grises en la noche inclinándose sobre las piedras grises de la cumbre de la torre, tú serás llamado ciego y desalmado, y observarás el viejo pensamiento de la respuesta del nuevo tiempo, no una cara extraña ni un dolor asombroso, pero tú viviendo en la guarida de la roca que derrama placer y dolor como piedras de granizo.
traducción: HM