Autor: Robinson Jeffers

De día y noche sueña con una muerte feliz, el pobre perro le da espacio a tu corazón, se arrastra a la cadena, respira profundo al amanecer, desearía que fuera la última respiración, imagina la pelota de plomo plantada en el cerebro, la semilla de aquella soberbia flor, sueña la soga valiente que ama el cuello con tanta pasión que deja que la vida se suelte, sueña las feroces diversiones de guerra cuando hombres como Jesuses borrachos se lanzan el supremo don mutuamente, ‘toma la bendición, tómala profundo en tu pecho, hermano…’ Continúa soñando, sueña en todas esas alegrías, la vida puede parecer encogida con falta de sueños. Dale luz a tu deseo, dale espacio. Sabes que nunca intentarás la tumba a destiempo. ¿Vas con tu novia a la luz del día ante la multitud como si la dulce muerte fuese una prostituta? Eres demasiado orgulloso.

traducción: HM

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