Yendo a los llanos del caballo

Autor: Robinson Jeffers

Sorprendentemente activo un viejo desdentado cojeaba a mi lado por el cañón, yendo a los llanos del caballo, dijo él, para ver algunas colmenas de abejas. Estaba claro que vivía solo y anhelaba compañía, aún él habló un poco hasta que llegamos a un lugar donde el desfiladero se ensanchaba, y cazadores de ciervos habían acampado en una franja de arena junto al arroyo. Ellos habían dejado el usual rectángulo de piedras y cenizas ardiendo, también algunas hojas arrugadas de un periódico reciente con sonoros titulares. El viejo se precipitó a ellos y los esparció, los sostuvo en toda la extensión de su brazo, atisbando a través de los ojos entrecerrados, pobre truco que aprenden ojos viejos, para hacer que los párpados actúen como lentes. El leyó ‘Batalla de España. Rebeldes matan cautivos. Ciudad bombardeada, Rojos matan rehenes. Prepárense para la guerra, advierte Stalin a sus tropas’. El tembló y dijo ‘Por favor, léame la pequeña letra, apenas llego para escuchar las noticias’. El se retorcía las manos marchitas mientras yo leía, era extraño en aquel casi inhumano páramo ver un viejo eremita de mejillas vacías danzando a los ecos del mundo. Luego de que leí él dijo ‘Es suficiente. Ellos estaban orgullosos y oprimían a los pobres y son castigados por ello, pero aquellos que los castigan están llenos de envidia y odio, y son castigados por ello, y nuevamente los otros, y nuevamente los otros. Es así por siempre, no hay salida. Sólo los crímenes y crueldades se ponen peor quizás’. Dije ‘Está demasiado desesperanzado. Hay salidas’. El lamió sus armas vacías con su lengua, se limpió la boca y dijo ‘¿Qué salidas?’ Dije ‘El camino cristiano: el perdón, perdonar a tus enemigos. Dar bien por mal’. El viejo arrojó el periódico y dijo ‘¿Hace cuánto vivió Cristo, eh? ¿La gente en España nunca oyó sobre él?, ¿o los rusos, o alemanes?, ¿piensa que estoy loco?’ ‘Bueno’ dije para probarlo, ‘hay otro camino: el exterminio. Si el lado vencedor destruye totalmente a sus enemigos, vidas y pensamientos, los liquida, escuadrones de fuego para la gente y fuego para los libros y registros: el feudo entonces estará finalizado para siempre’. El dijo justamente ‘Usted es el loco’, recogió su fardo y se apuró por la sombra de manzana del mediodía en el estrecho cañón, sus andrajosos faldones ondeando como locos sobre el parche de piel de mapache en el asiento de sus pantalones. Yo esperé un rato, pensando que él deseaba liberarse de compañía.
Dulce era el claro parloteo del arroyo ahora que nuestra conversación se había silenciado, el revoloteante mirlo de agua retornó a su piedra, una serpiente adorable, dos delicadas líneas escarlata por la espalda oscura, nadó por el estanque. Los árboles golpeados por la corriente junto al arroyo y más nobles que columnas de catedral.
¿Por qué invitamos rencores y agonías del mundo a nuestras mentes aunque caminemos en un desierto? ¿Por qué él quería las noticias del mundo? El no podía hacer nada para ayudar o entorpecer. Ni ustedes ni yo podríamos… por el mundo. Es cierto que el mundo no puede ser detenido ni salvado. Tiene que cumplir cambios y debe arrastrarse por agonías hacia nuevo descubrimiento. Debe, y debería: la espantosa necesidad es también el deber sacrificial. El mundo del hombre es una música trágica y no toca para la felicidad del hombre, sus discordias no son resueltas sino por otras discordias.
Pero para cada hombre hay solución real, déjenlo apartarse de sí mismo y del hombre para amar a Dios. Estará afuera de la trampa entonces. Permanecerá como parte de la música, aunque la escuchará como la escucha el ejecutante. El será superior a la muerte y fortuna, inconmovible por el éxito o fracaso. La piedad aún lo puede hacer llorar, o el dolor convulsionar, pero no hasta el centro, y él puede conquistarlos… ¿Pero cómo podría yo impartir este conocimiento al viejo?
¿O incluso a cualquiera? Sé que todos los hombres instintivamente se rebelan contra ello. Pero todavía vendrán a ello al final. Entonces el hombre habrá alcanzado la edad, él aún sufrirá y aún morirá, pero como un Dios, no un animal torturado.

traducción: HM

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