Autor: María Karaklioumi
Ayer hubo protestas pacíficas en Atenas, pero pronto fueron eclipsadas por violentos choques entre jóvenes manifestantes lanzadores de piedras y la policía, en lo que fue el segundo aniversario de un trágico accidente ferroviario.
Miles de personas que se habían reunido en la Plaza Syntagma debieron huir, buscando refugio en el parlamento, mientras la policía arrojaba gases lacrimógenos a cientos de émulos del barrabravismo argentino.
En toda la nación helénica ayer hubo huelgas y protestas que ponen en aprietos al primer ministro conservador de derecha, Kyriakos Mitsotakis. Más allá de las causas del accidente, atribuidas a negligencias del personal y diversas fallas sistémicas, para el pueblo griego los culpables son los gobernantes, y esto se expuso en sus banderas y pancartas.
En el accidente de Tempe murieron 60 estudiantes en lo que fue el peor accidente ferroviario de la historia griega. Petros Constantinou, un activista que participó de la marcha, nos comentó: “Lo que estamos viendo es un hartazgo que se hincha a cada minuto. Los ciudadanos nos sentimos engañados. Queremos respuestas, queremos justicia y apoyo a las familias de las víctimas”.
Nikos Androulakis, líder del partido Pasok, dijo que pedirá el juicio político de Mitsotakis y de los ministros irresponsables. “El es un banquero que sólo ha empeorado la situación, y se dedicó a borrar y ocultar pruebas de su desidia y los negociados que ha hecho desde que asumió el poder. Ellos han interferido en la investigación del desastre, y nadie se hará cargo de contener a las víctimas. Se sabe que el tren de carga transportaba una sustancia inflamable ilegal”.
Hasta aquí Mitsotakis pudo sortear varias crisis y olas de protestas, a base de represión dura y cruda, como la que práctica Milei con los jubilados en Argentina, bajo las órdenes de la Pato Bullrich. Hay un fuerte descreimiento en la política y en los funcionarios públicos.
María Karaklioumi, militante anarquista de la agrupación Espartaco, nos reveló: “Veo al pueblo enfurecido, organizado para realizar de una vez por todas la revolución, y tenemos pensadas varias acciones directas que helarán la sangre de Mitsotakis y sus esbirros. La tragedia vial caló hondo, pero hay preocupaciones peores, como la elevada inflación y la eliminación de servicios públicos. ¡Cada crisis llevará a una crisis más grande hasta que todo le estalle en las manos a los oligarcas de mierda!”