Autor: Alvaro Correa
Parques nacionales y hermosos bosques patagónicos están ardiendo en muchas más hectáreas que las quemadas en California y Los Angeles. Allí el fuego finalmente se apagó luego de varios días de arruinar casas de multimillonarios y algún que otro barrio de trabajadores latinos próximos a ser deportados. Los multimillonarios podrán mudarse a Gaza o bien a la Argentina, que está fuertemente encaminada a ser una colonia, estado asociado, o bien centro de entrenamiento de lavados de cerebro a mansalva. Y es que el fuego es provocado por la misma inmobiliaria Trump-Netanyahu, y sus franquicias en América Latina, siendo la mascota Milei quien ahora se encuentra replicando a su amo en forma sumisa, moviendo la cola e insultando a los putos, aunque sepa cómo el reventado presidente naranja lo desprecia por ser un tano impotente judaizado. El lobby judío se termina imponiendo con métodos mafiosos o criminales, con la impunidad del nuevo geronte imperial mediatizado, pero sobre todo, a través de transacciones comerciales que sostienen su sistema neoesclavista de trabajo digitalizado y robotizado.
La mascota Milei abre mucho la boca y el culo. Pedos contradictorios salen de su jerga macabra. Mensajes crípticos de cosplayer completamente idiotizado, lengua siempre tartamudeante que se expresa en premisas del tipo “o sea, quiero decir, es una falacia” seguido de cualquier insulto de energúmeno de red social. Sus argumentaciones no son más que eso, y por eso se entiende de maravillas con sus entrevistadores o voceros oficiales, que apenas balbucean el lenguaje humano, y mentalmente se hallan en la Edad de Piedra, jamás demorados en la cueva de Platón.
Su gobierno derogó la ley del manejo nacional del fuego, mandó a provocar los incendios, y a combatir y tildar de zurdos a quienes están entregando sus vidas para sofocarlo. No ha enviado ni un helicóptero de ayuda. Esto lo han divulgado famosos actores por redes sociales pero no logran hacer mella en la supuesta aprobación social que tiene Milei por “haber bajado la inflación”. Falacia tras falacia, mentira tras mentira, imbecilidad tras imbecilidad, matonería de cobardes rodeados de guardaespaldas, con miles de soldados o policías descerebrados a su disposición para matar a quien les ordene. Esta es la política de fuego.
La de putrefacción es más clara y la viene desarrollando con su desgobierno criminal desde el minuto cero. Sus desregulaciones sólo generaron un aumento fenomenal de la pobreza y la delincuencia, todas sus medidas están orientadas a generar una guerra de pobres contra pobres, sembrando odio y estupidez, una compulsión al consumo de cualquier cosa enlatada y bastardeada de origen por ser obra de un depravado social que goza con un sadismo peculiar la decadencia económica y la bancarrota espiritual del pueblo argentino. Se pudrieron ya los alimentos que nunca entregó a los comedores, generó hambre y propagó enfermedades. Ahora se retira de la OMS en un gesto claramente provocador y tiránico, que no tiene fundamento alguno en un país como la Argentina atacado por la enfermedad mental de su anarcocapitalismo destructor del Estado. El topo y su motosierra lo está consiguiendo y por eso lo está premiando cuanta organización judía ortodoxa, Fundación Atlas u ONG poronga que haya en el éter. De genocidios sociales o humanos se trata la cosa. Pero hay quienes todavía quieren defenderse y piensan en resistirse al engendro abominable que siempre fue Milei.