Autor: Robinson Jeffers
Las cabezas de la vieja y fuerte edad son hermosas más allá de toda la gracia de juventud. Ellas tienen una extraña quietud, integridad, salud, sonoridad, de lleno ellas han lidiado con la vida y han sido atemperadas por ella. Un hombre joven no debe dormir, sus años son guerra, civil y extranjera pero lo peor de la anterior, aunque la vieja puede respirar segura ahora que ellos están olvidando qué significaba la juventud, el ser perverso, corriendo el guante del tonto y siendo cortado por los látigos de los cinco sentidos. En cuanto a mí, si deseara vivir mucho sería sólo para cambiar esas fiebres por tranquilidad, aunque pensando que es entera y dulce la tumba, ¿cómo saborean los muertos el profundo tesoro que tienen?
traducción: HM