Punta Carmel

Autor: Robinson Jeffers

¡La extraordinaria paciencia de las cosas! Este hermoso lugar deformado con una siembra de casas suburbanas, qué hermoso cuando lo contemplamos por primera vez, campo ininterrumpido de amapolas y altramuces amurallado con limpios acantilados, ninguna intrusión salvo dos o tres caballos pastando, o unas vacas lecheras frotando sus flancos en las rocas de afloramiento. Ahora llega el que lo arruina: ¿acaso importa? No ligeramente. Tiene todo el tiempo. Sabe que la gente es una marea que se hincha y a tiempo menguará, y todas sus obras se disolverán. Mientras la imagen de la belleza prístina vive en el auténtico grano del granito, segura como el océano infinito que trepa nuestro acantilado. En cuanto a nosotros: debemos descentrar nuestras mentes de nosotros mismos, debemos deshumanizar un poco nuestras visiones, y ser confiados como la roca y el océano de los cuales fuimos hechos.

traducción: HM

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