La Inmobiliaria Netanyahu & Trump y sus negocios terrenales en Gaza

Autor: Eliahu Anabí

Mientras miles de palestinos esperan al borde de carreteras averiadas e inundadas para avanzar a sus hogares destruidos en el norte de Gaza, líderes de Hamas expresaron su frustración por las continuas violaciones israelíes al pacto del cese al fuego, exhibiéndose obscenamente la finalidad del genocidio y desplazamiento forzado programado por Netanyahu, quien ahora delega en su jefe restaurado la misión de terminar de desalojar a los palestinos que milagrosamente sobreviven a los constantes asesinatos y bombardeos hebreos.

Un día después del segundo intercambio de rehenes por presos, Trump conminó a Jordania y Egipto a recibir a estos sobrevivientes mutantes, y mandó a un embajador a que supervise las tareas de demolición conjunta con el ejército israelí, y poner de una buena vez en marcha los emprendimientos inmobiliarios de los ultraortodoxos multibillonarios que repusieron al geronte Naranja a conducir nuevamente el imperialismo estadounidense.

En el centro de la franja, varias columnas aguardan que se cumpla la cláusula del “acuerdo” que los habilitaba a retornar a sus casas destruidas. “Un mar de gente está esperando para volver a la ciudad de Gaza y al norte. Aunque tengan que dormir al lado de escombros, prefieren instalarse en el paisaje desolador que dejó el ejército israelí” dice Tamer-Al Burai, un palestino desplazado con varios familiares y amigos muertos recientemente.

Encima, Trump renovó la venta a Israel de bombas con materiales tóxicos y pesados para que la ONU y las organizaciones de derechos humanos se dejen de joder y avanzar con otro suculento negocio inmobiliario más para sus superricos genocidas.

Ayer miles durmieron en la carretera de Salahuddin, la principal vía que atraviesa en forma vertical la franja, haciendo cola para pasar por los puestos militares israelíes de Netzarim. El jefe de guardia del hospital de Al-Awda informó que los soldados sionistas mataron a diez personas con sus disparos de advertencia. Autos, camiones y carretillas con mantas, comida y las tiendas que les sirvieron de refugio por más de un año en el centro y sur del enclave se apelmazan en el asfalto. Según el acuerdo celebrado por los dirigentes de Israel y Hamas, supervisado por qataríes, egipcios y emisarios yanquis, se iba a permitir el retorno de los gazatíes desalojados.

Del lado israelí dicen que es Hamas quien violó el acuerdo al no brindar una lista de los rehenes que está entregando, y no liberar a Arbel Yehud, una israelí capturada en un bucólico kibbutz pacifista. Con ello, los israelíes hallan otra justificación para proseguir con sus asesinatos y el desplazamiento forzado de la población palestina que se resista a los planes inmobiliarios de Trump y Netanyahu.

Con las cosas así, algunos palestinos esperanzados sostienen que hay negociaciones para destrabar la cuestión, pero no hay indicio alguno que indique que se va a apartar a los despiadados judíos de sus planes de bienes raíces. Ellos son los descendientes de los comerciantes que echó Jesús del templo y de quienes construyeron el becerro de oro. Y ahora tienen un poder militar que les permite satisfacer sus ávidos antojos terraplanistas, su sed de exterminio de palestinos.

En cuanto al líder israelí, le agradeció a Trump el nuevo envío de armas pesadas infalibles, y aseveró que ayudarán a construir un futuro de paz y prosperidad para la Inmobiliaria Netanyahu & Trump y sus negocios terrenales en Gaza. En el tono despojado que lo caracteriza, Trump comentó: “Ya debería estar todo despejado. Es literalmente un sitio de demolición, se derrumbaron todas las construcciones y la gente se está muriendo allí” expresó el presidente republicano luego de una conversación con el rey Abdullah de Jordania, para convencerlo que acoja a los palestinos sobrevivientes de masacres.

En una banquina de la Salahuddin hablamos con una amiga palestina, Magdy Seidam, quien nos dio una idea de lo que sienten los miles de palestinos varados allí: “Si Trump piensa que puede desplazar a la población palestina así nomás, le advertimos que eso es imposible, imposible. El pueblo palestino cree firmemente que ésta es su tierra, y estamos dispuestos a morir para recuperar nuestras casas. No importa cuánto intente Israel destruirnos, quebrarnos y mostrarle al mundo que ha ganado, en realidad todavía no ganó”.

Sus palabras fueron seguidas por una ráfaga de ametralladoras, oyéndose balas silbando que le rozaron la oreja (aunque no tanto como a Trump para que le sangre). La chica está algoritmizada, además de bombardeada, ultrajada y robada por el ejército israelí y sus sistemas de inteligencia artificial.

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