Autor: Robinson Jeffers

Yo había caminado desde el amanecer y me acosté a descansar en una ladera pelada sobre el océano. Ví a través de pestañas medio cerradas un buitre girando arriba en el cielo, y presentemente pasó de nuevo, pero más bajo y más cerca, estrechando su órbita, yo comprendí entonces que estaba bajo inspección. Yacía quieto como muerto y escuché el vuelo de las plumas, el silbido encima y hace su círculo y viene más cerca. Podría ver la roja cabeza desnuda entre las grandes alas, mirando fijo abajo. Dije ‘Mi querido pájaro, estamos desperdiciando tiempo aquí. Estos huesos viejos todavía trabajarán: no son para ti’. Pero qué hermoso se veía, deslizándose hacia abajo en aquellas grandiosas velas: qué hermoso se veía, alejándose en la luz del mar sobre el precipicio. Les digo solemnemente que estaba dolido de haberlo decepcionado. Ser comido por aquel pico y convertirse en parte de él, para compartir esas alas y esos ojos, qué sublime final del cuerpo de uno, qué elevación al cielo, qué vida después de la muerte.

traducción: HM

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