Brilla, República agonizante

Autor: Robinson Jeffers

Mientras esta América se asienta en el molde de su vulgaridad, pesadamente espesándose a imperio y protesta, sólo una burbuja en la masa fundida, estalla y suspira, y la masa se endurece, sonriendo tristemente recuerdo que la flor se desvanece para hacer el fruto, el fruto se pudre para hacer tierra. De la madre, y por las exultancias de primavera, la madurez y decadencia, y el hogar para la madre.

Tú haciendo apuro, apuro en decadencia, no merece acusación, la vida es buena, ya sea obstinadamente larga o súbitamente un esplendor mortal: los meteoros no son menos necesarios que las montañas: brilla, república agonizante. Pero a mis hijos los mantendría a distancia del centro engrosándose: la corrupción jamás ha sido compulsiva, cuando las ciudades yacen a los pies del monstruo, allí son abandonadas las montañas. Y muchachos, que no sea en nada tan moderado como el amor al hombre, un sirviente inteligente, amo insufrible. Allí está la trampa que atrapa a los espíritus más nobles, que atrapó, dicen ellos, a Dios, cuando él caminó sobre la tierra.

traducción: HM

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