Autor: Davies, William Henry
Una noche cuando iba para el lado del Támesis, en Londres, vi un montón de harapos y me senté cerca. Esa cosa podría gritar y berrear, pero no mostraba un rostro en absoluto, cuando cualquier vapor pasaba y soplaba un fuerte y estridente chillido, aquel montón podría sentarse y hacer un sonido como ese, cuando sonó profundo la campana del reloj, hizo esos pitidos también. Cuando los vientos gimieron alrededor, él se burló de ellos con aquel sonido, cuando todo estuvo en silencio, cayó en un extraño ajuste, susurraría, y gemiría y rugiría, se reiría, bendeciría y juraría. Aún esa pobre cosa, lo sé, no tiene amigo ni enemigo, su bendición o maldición no hacen a uno mejor o peor. Lo dejé en aquel lugar, la cosa que no tenía rostro, ¿era un hombre que sufrió hasta volverse loco? ¿Tantas lluvias y ningún arcoiris en el destino? ¿Demasiados temores amargos para hacer una perla de lágrimas?
traducción: HM