Autor: Paul Williams
Las fuerzas armadas de Benin sufrieron severas pérdidas en el último ataque a una de sus posiciones bien pertrechadas en el norte, donde las tropas están intentando impedir la invasión de extremistas islamistas, informó el jefe de la guardia nacional beninesa.
El coronel Faizou Gomina no compartió la cantidad de soldados muertos ni detalló el equipamiento bélico dañado, pero el principal partido de la oposición, denominado “Los Demócratas”, emitió un comunicado donde contabiliza 30 soldados muertos en el departamento de Alibori, que comparte fronteras con Níger y Burkina Faso, donde jóvenes militares nacionalistas expulsaron a tropas estadounidenses y franceses, y ahora tienen que luchar y arreglarse solos con los combatientes mercenarios que envían las mencionadas potencias para seguir explotando y colonizando Africa como en el siglo XIX.
«Nos han dado un golpe durísimo» reconoció Gomina en su conferencia de prensa, durante la cual arengó a los comandantes militares para que mejoren su liderazgo y tácticas. “El cuartel que atacaron ayer era el más fuerte y el más militarizado” aseveró el jefe beninés con gran pena, aunque inmediatamente arengó a sus tropas “Despierten, oficiales y jefes de sección. Tenemos por delante batallas para triunfar”.
Benín, y su vecino costero Togo, han sufrido ataques recientes de grupos y bandas armadas que provienen del Estado Islámico y al Qaeda, mercenarios que se han infiltrado en varios países de la región expandiendo su presencia en toda Africa Occidental y en todo el norte del continente. Se trata de dos países pequeños y poco abordados por la prensa internacional, con tanta pobreza excepcional como recursos preciosos para la avidez insaciable de la yunta de plutócratas que se está por apoderar del mundo con el advenimiento de la presidencia de Trump en Estados Unidos. Al margen de todo este proyecto nefasto, Benin y Togo luchan por echar de su territorio a estos terroristas islámicos contratados por las potencias extranjeras.
Aunque a nadie le importe, creemos que Benin y Togo deben seguir el ejemplo de Burkina Faso, Níger y Chad, que se están dando cuenta de que el yihadismo se inventó para engrupirlos, y se pararon frente al pillaje colonial de estadounidenses y europeos.