Autor: Davies, William Henry
Ven, encontremos una cabaña, amor, que sea verde, a media milla alrededor, para reír a cada abeja gruñona, cuya flor más dulce aún no ha sido encontrada. Cuando muchos pájaros canten para ti, y en tu jardín construirán su nido: ellos cantarán para ti así como sus huevos yacieron en tu pecho, mi amor, estuvieron yaciendo cálidos en tu suave pecho.
Es extraño cómo los hombres encuentran tiempo para odiar, cuando la vida es toda demasiado corta para amar, pero nosotros, alejados de nuestra propia especie, podemos probar y vivir una vida diferente. Temprano en una mañana de verano, cuando salga a caminar contigo, ayudaremos al sol con nuestro cálido aliento a despejar el rocío. Mi amor, a despejar el rocío de la mañana.
traducción: HM