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Dieciocho asaltantes y un guardia presidencial murieron durante un frustrado asalto a la casa de los gobernantes en N’Djamena, la capital chadiana. Los atacantes ingresaron al palacio mientras el presidente Mahamat Déby Itno estaba adentro, dijo el vocero Abderaman Koulamallah, que a la vez es el canciller del gobierno militarista de la hirviente nación centroafricana.
Cerca de las 8 pm del miércoles se escucharon disparos de armas de fuego en la Casa de Gobierno. Unas pocas horas más tarde, apareció Koulamallah en un vivo de Facebook rodeado de soldados, diciendo que la situación estaba bajo control. “No teman. El intento de golpe fue abortado” –dijo el peculiar ministro de léxico despojado.
El jueves a la mañana, pasado el estado de shock, Koulamallah informó que 24 asaltantes armados con cuchillos y machetes lograron ingresar al complejo tras acuchillar a los cuatro guardias que cuidaban la entrada de vehículos, de los cuales uno murió y los otros tres están hospitalizados con heridas graves. Desde allí se acercaron a la residencia donde los guardias de la escolta presidencial los recibieron a balazos limpios, matando a dieciocho y deteniendo a otros seis que están siendo interrogados.
Como la mayoría de los países de la región, Chad ha sido atacada por “guerrillas insurgentes” ligadas al Estado Islámico, Al Qaeda y Boko Haram, puras asociaciones de mercenarios enviados por la CIA para defender los intereses de Estados Unidos en Africa.
De cualquier modo, Koulamallah aclaró que es muy probable que el ataque no haya sido perpetrado por alguna de estas organizaciones terroristas extranjeras financiadas por Washington, sino que se trató de un grupo de borrachos “Pieds Nickeles”, en referencia a un comic francés que retrata a un grupo de ladrones desafortunados.
“Esta es gente que vino de cierto vecindario de N’Djamena que no nombraré. No tenían armas de guerra, su intento fue desorganizado y completamente incomprensible” –dijo el funcionario chadiano con cierta perplejidad.
El ataque se produjo horas después de que el canciller chino Wang Yi se reunió con las autoridades en N’Djamena, y una semana después de las elecciones parlamentarias boicoteados por el principal partido opositor, Les Transformateurs. Déby llegó al poder en 2021 como líder de un Consejo Militar de Transición, luego de que los rebeldes mataran en combate a su padre, Idriss Déby Itno, quien gobernaba la nación africana desde el golpe que dio a principios de los ’90. En mayo se impuso en unas elecciones muy cuestionados para ser declarado presidente del país, que a pesar de ser rico en petróleo, es uno de los más pobres del continente.
Y es que Chad ha sido asolado por Boko Haram, especialmente al oeste del lago Chad que limita con Camerún, Nigeria y Níger. No es un detalle menor que hace dos meses, en una decisión afín a la de muchos jóvenes mandatarios africanos, militares, revolucionarios y anticapitalistas, el presidente decidió expulsar a todas las tropas francesas, y desconocer el tratado de cooperación en defensa con la nación europea. Todavía hay 1.000 esperando salir del convulsionado territorio, donde se ha registrado la presencia de tropas rusas.
Muchas cosas buenas están pasando en estos países del Sahel, donde han brotado gobiernos armados dispuestos a defender sus territorios a sangre y fuego ante cualquier ejército convencional enviado por alguna empresa transnacional estadounidense o europea, que nada tienen que hacer en Africa sino pagar por sus crímenes de siglos de explotación y esclavismo.