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En danzas de amor, en danzas de amor uno retrocede y uno avanza, uno se calienta y uno se enfría, uno se vuelve más dubitativo, otro más atrevido. Uno da lo que el otro necesitó una vez, o necesitará, ahora desapercibido. Uno está aferrado, compacto, creciendo por dentro mientras el otro está fluyendo, derritiéndose. Uno está sonriendo y ocultando mientras el otro está pidiendo arrodillado. Uno está discutiendo o durmiendo mientras el otro está llorando, llorando.
Y la pregunta no encuentra respuesta, y la canción confunde al danzante, y el aspecto perdido no encuentra otro y la mano perdida no encuentra hermano y la palabra es dejada sin ser dicha hasta que el tema y el hilo están rotos.
¿Cuándo se alterarán esas divisiones? La respuesta del eco parece vacilar: ‘Oh, el tiempo virgen y serio, la próxima vez… un día… ¡un día… la próxima vez!’.
traducción: HM