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De pronto, desesperadamente pensé “No, nunca en millones de minutos por un segundo puedo estar tranquilo como ropa en el respaldo de una silla y tranquilamente abrir la puerta de una casa (no, no una de todos los millones) de sangre, carne y cerebro, trepar la escalera de nervios y mirar desde la torre, desde la ventana de ojos que no son míos: … ¡No, nunca, no, nunca!»
traducción: HM
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