Autor: Arthur Seymour John Tessimond
No puedes ver las paredes que dividen tu mano de las suyas o las de ella o mías cuando piensas que la tocaste.
No puedes ver las paredes porque son de vidrio, y el vidrio es nada hasta que intentas atravesarlo.
Golpea en él si te gusta, pero no demasiado fuerte, porque el vidrio te romperá aún mientras tú lo rompas.
Grita, y el sonido será quebrado y conducido hacia atrás, porque el vidrio, aunque claro como el agua, es sordo como el granito.
Esta fraudulenta inhibición es astuta: los hombres sabios se contentan con patrones de respiración sobre él.
traducción: HM
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