Autor: Arthur Seymour John Tessimond
El sol, una araña pesada, giros en el cielo sediento. El viento se oculta bajo hojas de cactus, en las esquinas de las puertas. Sólo la irónica pequeña sombra acompaña la marcha del Hamlet de Petrochka, la leve irónica, risueña sombra enfrente de la mañana, cambiando al mediodía, hacia atrás a la noche.
La cabalgata emplumada ha pasado a mañana, se perdió de nuevo, pero la máscara del chiste, el rápido movimiento del bastón permanecen.
El diminuendo de los pasos ya se ha realizado: solo permanecen Don Quijote, sombrero, bastón, sonrisa y sol.
Goliats caen a nuestra honda, pero destinos más astutos que esos yacen emboscados, malicia de agujeros de hombre abiertos, cuerdas en la oscuridad y árboles que caen.
Dios patea nuestras espaldas, esparce cáscara en la escalera más suave, y centauros imponentes roban los labios de tulipán, el pelo aureolado, mientras nosotros, en grúa desde la galería, lanzamos nuestras flores de cartón y nuestros pies se sacuden a melodías no tocadas para los nuestros.
traducción: HM