Autor: Arthur Seymour John Tessimond
Cuando estás levemente borracho las cosas son tan cercanas, tan amistosas. El camino pide ser caminado, el camino recompensa por caminar con firme contacto ascendente, respondiendo a tu contacto descendente como la presión de una mano en la tuya. Tu piensas –este estudioso balanceo de la pierna derecha mientras la pierna izquierda avanza, de la izquierda mientras la derecha, qué espléndido-, ¡cómo alguien u otro en un pico en Darien! Qué inteligentemente aquel asiento forma el cuerpo de la chica que se sienta allí. Qué bien, qué hábilmente aquel hombre camina hacia ti, los brazos colgando, balanceándose, esperando. Tu mueves los músculos de tus mejillas, qué astutamente responde una sonrisa. ¡Y ahora tu estás verdaderamente hablando rotundas, sonoras palabras magníficas como aquel sombrero de dama!
traducción: HM