Autor: Weldon Kees

La obscena anfitriona, deambulando por el vestíbulo, junta a los invitados alrededor de una bola de cristal. Es por completo un momento excitante, la señorita Lefevre contempla con su único buen ojo, un amistoso abdomen se frota contra la espalda de uno; “interesante” se oye suspirar a un hombre corpulento.
Un oriental poco convincente se asoma redundantemente, se asoma dentro del globo, murmura una palabra o dos y se para a un lado. El vidrio se pone nublado con humos sulfurosos, las perlas suenan, los rezagados ríen cerca de la puerta. Una escena se forma en el vidrio, el silencio invade las habitaciones.
El oriental levanta la vista, oculta sorpresa ante un suceso inmediato. Nuestros ojos contemplan a aviones que llenan el globo hinchándose, humo azul, sangre, caras desgarradas por bombas. De repente un tambor comienza su ritmo firme, nos persigue hasta aquí: muerte, y muerte nuevamente, y todas las guerras por venir.

traducción: HM

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